NUESTRA
HISTORIA
En los últimos años de la década de los noventa, una joven familia colombiana llega al Ecuador con su franquicia familiar de ropa casual, con mucho esfuerzo arrancan su negocio de confección y venta con buenos resultados gracias a la alta calidad, excelencia de diseño y asequibilidad de sus productos; a la par, llega la dolarización al país con fuertes consecuencias para la naciente empresa que se encontraba en un momento clave de inversión o siembra, un primer traspié del que logran salir con trabajo imparable, logrando posicionarse como proveedores de las grandes cadenas de almacenes de ropa, de muchos comercios minoritarios por todo el Ecuador y de varias empresas de venta directa por catálogo; a finales de la primera década de los dos mil, la empresa en desarrollo, es favorecida por el impulso a la industria nacional de la política arancelaria de la época, alcanzando un crecimiento del 750%[1] en dos años, progreso que es frenado de manera abrupta, nuevamente, por un cambio en las condiciones legales de competencia internacional de la industria que rompen el mercado, la empresa pasa por un declive que casi le lleva a cerrar sus operaciones ya que los grandes clientes al por mayor se vuelcan por opciones de los países vecinos, que sin aranceles, se volvieron más baratas, dejando a una producción y nómina adecuada a grandes cantidades casi parada; sin embargo, el espíritu indoblegable de la familia Ariza, con Hugo Mario Ariza a la cabeza, no se deja hundir por el contexto sociopolítico y la empresa se reinventa, vuelve a nacer como Glöd con su propio catálogo para venta directa, un cambio de giro del negocio que significó nuevas inversiones y pérdida en el primer año de operación por la transición y la apertura de nuevos mercados; en 2011, casi sin stock y con un catálogo cuya fecha vencida era visible para los vendedores y clientes, Hugo Mario y su esposa Denisse impulsan un último intento y es así como, en una apuesta sensible y valerosa, redujeron el margen de ganancia de la empresa para favorecer al vendedor dándole mayor porcentaje de ingreso, manteniendo además precios competitivos para el público; en esa etapa los dueños de la empresa, personalmente, salían a la calle a ofrecer el catálogo y prospectar vendedores, de eso dependía incluso la comida de la semana de la familia, pero cuando un negocio se hace orgánicamente, con respeto, responsabilidad y compartiendo oportunidades, hay sostenibilidad, fue ese proceso pensado en todos los que hacen de esta su empresa, la que tuvo una reciprocidad total de la gente, tanto de vendedores como de clientes y la compañía volvió a tener un crecimiento que no para. Al 15 de marzo del 2020 ya se tenía lograda la meta, cuando vino la pandemia por COVID 19 y aunque la empresa, como todas fue golpeada económicamente, no decayó, sino que al contrario se volvió un piso de ingreso extra para muchas familias que lo necesitaban en ese momento. Al día de hoy Glöd ha aumentado líneas en el portafolio de productos, como la de lencería que está a la par y es siempre comparada en calidad con la marca más grande y prestigiosa de América, la cual se ofrece al mercado con menor precio y mayor ganancia para los asociados; podemos decir que Glöd, que ofrece moda con diseño colombiano, orgullosamente fabricada en Ecuador, ha alcanzado un punto de estabilidad con proyección a crecimiento en mercados internacionales.
La nómina pasó de 2000 a 15000 empleados.